La empanada sigue inmensa y el dolor es intenso. Sin los calmantes no podria estar haciendo esto. De la sangre, parece que no es culpa de la cabra cervecera en realidad. Por otra parte, no deja de sorprender la amistad. A veces se me escapa el aliento cuando el Budai sudaka llega con las hierbas magicas y es de pronto un ser tan increible. El olor me hace acuerdo a mi mama y a mi gato.
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