El fuerte sonido de mi "haya" al romper el vacio en el papel me susurro al oido que lo logre. El sutil sonido de mi "otoya" al penetrar la tierra humeda me grito al oido que aun no lo he logrado. Satisfaccion que sirve como un pequenyo escalon de apoyo para continuar ascendiendo esta montanya de frustracion. Y en la noche un buen izakaya de osos.
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